Había olvidado como se hacia y sentía. Pero anoche eso no importo.
Cerré los ojos y recordé. No como cuando recrea, ni como cuando revive, cree y vivi.
Estuve como tantas otras veces al filo, viendo el precipicio de la inconsciencia y saltandolo.
Mi cuerpo seguía ahí, lo sentía respirar (y hasta roncar!), lo movía a voluntad, cambiando de posición al son de las diferentes instancias en las que me encontré.
Vi de nuevo este mundo carbónico, donde tocas, oles, sentís, saboreas y escuchas tanto.
No se por que lo había dejado de frecuentar, es difícil de entender. El miedo de saber todo lo que podemos aprender, la honestidad nos apabulla y atemoriza. Uno se encuentra en su vida, pero vivida desde un paralelo. Inmaterial, inconstante, acasual y acausal (no se si existen esas palabras) pero tanto mas cercano a lo que uno Ve.
El miedo me detuvo, decidí que era suficiente por una noche, considerando tanto tiempo pasado...
En tanto a lo que paso, poco podría decirles. Fue mas de lo posible de expresar temporalmente.
Siempre se dio en mi vida por etapas, cuando las preguntas se acumulan y las respuestas aparecen en formas de humo. Así me encuentro.
1 comentario:
Crece, mi amigo, alto como los pinos.
O acaso siempre cerca de Febo fue (usted)
Me alegra
Benditos los sueños de la gente triste.
¡Como olvida uno luego!
Te digo:
Le envidia el hambre el rico al mendigo, y el sueño le envidia al triste el que su vida puebla de éxito...
Nose, creo que ya me expresé
Valor darse. Valorarse.
Besos amigo!
Gracias
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